martes, 29 de septiembre de 2009

Finde 22 y 23 de agosto

Otro capitulo más del verano, que como siempre, me voy retrasando...

Tras una semana dura, el fin de semana tuvo algunos de los momentos más bonitos del mes.

Naiara y yo fuimos a conocer un hogar de menores que fue surgiendo de la mano de la Iglesia de Babahoyo. Niños de 6 a 18 años, cada uno con su historia y cada cual más dura. Padres arrebatados por el sida, familiares drogadictos, abandonos y otros temas que no puedo reproducir. Pero fue llegar al hogar y los más peques se abalanzaron a darnos besos y abrazos a modo de saludo. Son tan dificiles las situaciones que les ha tocado vivir y tanto el amor que tienen para dar... A veces me pregunto de dónde sacarán las fuerzas para dejar atrás todo lo vivido, también me pregunto si realmente lo dejarán atrás.

Pasamos la mañana conociendo el centro y jugando con ellos. Se encargan un hombre y una mujer a los que llaman papi y mami y que viven con ellos de forma permanente. Me sale la vena educadora y se me ocurren un montón de cosas que hacer allí pero ellos tienen su método y no somos quién para meternos cuando solo vamos de pasada. Tradicionalmente, creo que ese ha sido uno de los grandes problemas de quienes van a países del llamado "tercer mundo", querer cambiarles todo en muy poco tiempo porque "no saben hacer". La tarde la pasamos tomando algo hasta que volvimos a nuestra casa y pudimos contar lo que habíamos vivido.
Al día siguiente, como cada domingo, fuimos a misa a las 9 y anduvimos haciendo un poco de todo, hasta que a las 14:30 nos plantamos en Casa de Zinc donde nos habían invitado a un rodeo montuvio. Nos habían dicho que empezaba entre las 2 y las 3 pero aquello no empezó hasta las 5. Entre tanto, allí estuvimos bebiendo cerveza y aguantando las miradas de 200 personas vestidas de vaqueros, parecía el mismo oeste. Además para llamar menos la atención, Naiara, Irantzu, Javi y Gurutze iban acordes con el ambiente con unos bonitos gorros montuvios. Total que para cuando empezó, estabamos aburridos y hartos del sol, pero intentamos aguantar un ratito en el que vimos que lo de la TV no es del todo real y encima no entendíamos nada de nada. Claro que se nos ocurrió preguntar nuestras dudas a un hombre que si nos hubiese hablado en ruso tal vez hubiésemos entendido más. Un hombre iba explicando lo que se hacía pero sin micro ni nada, era como ver una película muda, y los caballos, la verdad es que nuestra lavadora saltaba más. Solo hubo un par de ellos con los que se vio algo más curioso.

Decidimos marcharnos antes de que se pusiesen a disparar (eso si debe ser como en la tele), cuando ya están chumados (borrachos) sacan las armas y disparan al aire.

Para terminar el día, fuimos a merendar a casa de Bibiana, profesora de la escuela. Pasamos un buen rato y fue curioso que por segunda vez en el día nos comentaban que nos habían visto jugar indor y que eramos buenos (que engañados les tuvimos, jeje)

Toda la cuadri en el rodeo (con la cerveza)


Foto del rodeo, sacada por el fotógrafo cortacabezas, yo (es que se movía el bicho...)

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