“Érase una vez una joven pareja que emprendió un largo viaje en busca de un sueño compartido. Tras pasar algunas penurias y dificultades, como suele pasar a veces en los cuentos, descubrieron que el príncipe era en realidad un sapo. ¿O eso era en otro cuento? Sí, espera, espera, ya me acuerdo… Tras pasar algunas penurias y dificultades, se dieron cuenta de que su sueño era sólo eso, un sueño. Y que la realidad, más dura y cruel, pero sobre todo más real, les superaba. Trataron de combatirla con paciencia, comprensión y usando todas las armas de que disponían, pero finalmente, decidieron escuchar a sus corazones, que les pedían un descanso merecido y el calor de su gente”
Todos y todas sabéis que este último año no ha sido fácil; ni siquiera los meses anteriores a nuestra venida lo fueron. Pero juntos siempre nos hemos sentido fuertes y capaces de cualquier cosa. Hoy sabemos que eso, a veces, no es suficiente, que hay otros factores que influyen y, sobre todo, que necesitamos de otra gente.
Tal vez porque de los momentos duros y de las dificultades se aprende más, sentimos que en este tiempo hemos crecido como personas y como pareja. Pero no hemos sabido o podido encontrar el equilibrio, ese punto en el que lo bueno compensa lo malo.
No os hemos mentido, pero tampoco hemos sido del todo sinceros en nuestro afán por no preocupar a nadie. Pero ahora llega el momento de contaros que hace algo más de 1 mes empezamos un discernimiento acompañado por la procura de Bilbao; sí otra vez de discernimiento, bendita palabra! Nos sentíamos perdidos y solos, así que buscamos ayuda.
Tras muchas conversaciones con Bilbao, con algunas gentes de aquí y sobre todo y por encima de todo, entre nosotros, por fin hemos llegado a una conclusión: volvemos a casa.
No ha sido fácil, supongo que os lo imagináis; quienes vivisteis a nuestro lado el ilusionante proceso para venir sabéis lo que significaba esto para nosotros. No voy a explicar detalles ni a contaros todo lo que ha pasado, tendremos tiempo para hacerlo allí. Sólo diré que estamos tranquilos tras tomar la decisión, que ha sido muy pensada y sentida, pero que no nos arrepentimos de lo que hicimos, ya que este ha año ha sido un intenso aprendizaje.
En estos momentos se mezclan muchos sentimientos: dolor por no haber podido cumplir expectativas, propias y ajenas; alegría por el reencuentro con quienes nos habéis hecho tanta falta; pero sobre todo, incertidumbre. Incertidumbre por lo que será de nosotros de aquí en adelante, enfrentándonos a una nueva etapa y empezando de 0, en un momento tan convulso.
Es cierto que nos da miedo no tener casa ni trabajo, pero esto ya lo sabíamos cuando decidimos apostar, así que ahora toca coger el toro por los cuernos y enfrentar. Pensábamos que cuando llegara estaríamos un poco más fuertes anímicamente, pero en cualquier caso… estaremos en casa.
En principio, este es el último correo general que envío, así que quiero daros una vez más las gracias a todos y todas por habernos mostrado vuestro apoyo y enviado tanto cariño en este “casiaño” que hemos estado aquí, creo que uno de los aprendizajes ha sido comprender que sois todavía más especiales de lo que pensábamos. Habéis sido unos grandes compañeros de ruta en esta aventura que llega a su fin.
Y que mejor día para volver a casa que uno lleno de ilusiones y expectación como es el día de la Lotería. El Gordo y la Gorda ;b llegaremos el día 22 a Bilbao, esperamos llevaros toda la buena suerte del mundo.
Un gran abrazo y muchos besos.
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