sábado, 4 de diciembre de 2010

La semana más extraña

El domingo hubo Censo Nacional y no se pudo salir de casa desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde, no tengo muy claro el porqué, pero parece ser que antes la gente se censaba en varios sitios, algún beneficio les daría. Así que todo el día en la casa y viendo el Athletic - Osasuna, con gol en el último minuto y saltos de alegría como no he dado nunca, será que la lejanía te hace más sensible hasta para esas cosas???Naiara se ha pasado toda la semana en Riobamba haciendo un curso, no es la primera vez que nos separamos desde que estamos aquí pero sí la vez que más tiempo, teniendo en cuenta que llevamos practicamente 24 horas al día juntos desde que llegamos ha sido novedoso. A eso se ha unido que el resto de compañeros han andado yendo y viniendo (pero más yéndose) por lo he pasado la semana bastante solo y me ha venido bastante bien. Puede sonar estúpido, pero he gritado, he cantado, he bailado con la música que me gusta sonando a todo volumen (siempre será bastante bajo para los ecuatorianos). He trabajado lo que me correspondía aunque no me he quedado a gusto con lo hecho. También he aprovechado para trabajar tirado en la hamaca mientras escuchaba Macaco y esperaba para ver el Barcelona - Real Madrid, que por cierto, es increible la influencia que tienen esos equipos en estos países. Antes de empezar el partido, estaba programado en la televisión... ¡3 veces! Lo acabé viendo 2 y media... He salido todos los días a las Comunidades y he disfrutado con la gente, he tenido la sensación de aportarles algo y sobre todo he sentido su cariño. Pero también he sufrido. He sufrido con la muerte repentina de una persona cercana a la parroquia, que sin conocerla demasiado la he sentido mucho, sentimientos generados al escuchar a la gente hablar sobre él y ver sus caras llenas de tristeza pero también de orgullo. Pero sobre todo el sufrimiento de la familia, que todavía no puede comprender por qué, me ha roto el alma. También ha sido una semana de dudas, ya entramos en diciembre, termina el 2010 y comienza el incierto 2011 ¿cómo queda el futuro para los que estamos aquí? seguimos pero todavía hay muchas incógnitas en el aire. Y a la vez te das cuenta que llega la navidad, luces por todas partes, juguetes, calor (sí, calor, mientras en Euskadi os congeláis de frío, aquí no hace falta casi ni un poco de manga) primeras navidades fuera de casa, sentimientos encontrados, pena y morriña y a la vez curiosidad y expectación por vivir algo distinto. Mientras, lees las noticias de allí y te empiezas a plantear si la situación es más jodida aquí en Ecuador o allí en Europa. Se está llendo al carajo todo el sistema de mierda en el que nos han hecho vivir pero claro está, las consecuencias no las van a sufrir quienes las han provocado. Más paro, menos ayudas, menos empleo, más tonterías saliendo de la boca de los políticos y si poco se confiaba en ellos, ahora sale el wikileaks ese, que la verdad no me he informado mucho pero creo que al final lo único que ha sacado es lo que todos creíamos pero no podíamos asegurar que estuviese ocurriendo. Hoy, para ir terminando, he intentado buscar un calendario litúrgico en internet para saber cuando caía Semana Santa y... ¡me ha entrado un virus! Últimamente, las cosas de Iglesia me dan quebraderos de cabeza... Y viene el fin de semana, con bastantes cosas por hacer, comisión de educación, grupo juvenil... tengo ganas, sobre todo de entrar con la gente porque al final es lo que de verdad merece la pena, escuchar sus historias, conocer su vida, cuestionarles las cosas...

Hoy tenía ganas de actualizar esto con algunas fotos más y esa era mi intención hasta que me he puesto delante del ordenador. Entonces sin saber cómo las palabras han comenzado a brotar de mis dedos para de alguna manera expresar la extrañeza de esta última semana. Una semana de soledad pero a la vez de autoafirmación, de ilusiones y desesperanzas, de sueños y realidades. Creo que es de las cosas más desordenadas que he escrito nunca, fiel reflejo de lo que he sentido esta semana, sin duda alguna la semana más extraña desde que llevo en Ecuador.

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