Cuando la gran mayoría de la gente ha comenzado con su rutina habitual y con nuestro ritmo de vida parece que lo vivido durante el verano ocurrió hace años, yo me encuentro en una situación que hacía tiempo que no vivía... ¡estoy en paro! Sí, soy uno de esos “vetetuasabercuantos” millones de parados de este país, que se le va a hacer. Pero bueno, mientras sale algo que me saque de esta situación vegetativa, aprovecharé para hablaros un poco de mi verano. Por que me niego a que caiga en el olvido uno de los veranos más fructíferos de mi vida en cuanto a experiencias.
Antes del verano estuve de baja, una situación complicada en el trabajo hizo que mi cuerpo y mi cabeza se resintiesen, llevándome a una estado de ánimo bastante flojo. Lo primero que me tocaba era el campamento de mi grupo eskaut “Elizalde” de Barakaldo, este año he estado con los trebeak (16-18 años) y surgió la posibilidad de participar en un campo de trabajo en Durango que consistía en preparar unas colonias urbanas para niños y niñas de 4 a 12 años que por determinadas circunstancias no participan en las colonias municipales. Había muchas cosas que preparar y se añadía el factor de ir con otro grupo eskaut, “Errekalde”, chavales que no se conocen juntos durante 15 días, puede salir muy bien o muy mal.
Por un lado no me apetecía demasiado el campamento, además no podía estar durante todos los días lo que me restaba interés. Pero por otro lado, me llamaba la atención estar presente en esta nueva experiencia de “mis niños/as”, al final, les conozco desde los 8 años y eso marca.
La realidad fue que los dos grupos congeniaron super bien, 17 chavales y chavalas de casi 18 años que organizaron unas colonias en las que tanto ellos/as como los niños y niñas que participaron se lo pasaron en grande. Como siempre, hubo cosas que mejorar y momentos en los que se comieron alguna bronca, pero hay que recordar que siguen siendo chavales y es lo que les toca, además están en proceso de aprender y si nosotros/as que llevamos años muchas veces la liamos...
Al final del campamento fui consciente de que me habían hecho mejorar de mi estado de ánimo, había vuelto a disfrutar, había vuelto a reír y a querer hacer reír. Me quedo con el compañerismo de muchos momentos, con el buen ambiente, con las risas que nos echamos, con los debates, con sus ideas y sus ganas de intentar cambiar el mundo a pesar de verlo tan complicado y lejano. Y con todo esto me recordaron que tal vez el trabajo que hacemos en estos grupos no sea en vano y que quizá algún día podamos cambiar las cosas, yo por lo menos no quiero perder la esperanza.
Eskerrik asko, Lara, Laura, Maitane, Tania, Esti, Naiara, Goizane, Jasone, Jon, Andoni, Asier, Aitor, Endika, Iñigo, Rios, Alex e Idriss. Sin olvidar, claro, a las monitoras que también tuvieron mucho que ver en todo lo dicho, Miriam, Laura y Naiara. Siguiente parada Ecuador.
2 comentarios:
gran experiencia,
estos chavales son grandes, todos y cada uno!
Desde luego, esperemos que sigan así.
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